Muchos niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ) que se unen a grupos armados o que se involucran con el crimen organizado y el conflicto lo hacen porque lo perciben como la única solución en contextos de marginación y pobreza. Se pueden percibir que la violencia proporciona un escape, qué proyecta poder o incluso qué garantiza la supervivencia. Por lo tanto, el objetivo de nuestro proyecto es desafiar y transformar estas percepciones equivocadas a través de la promoción de lo que llamamos Habilidades para la Paz (definidas específicamente como autoconocimiento; autogestión; el manejo de relaciones interpersonales; conciencia social; y la toma de decisiones responsable). El proyecto utiliza el periodismo como un herramienta emplear y fortalecer estas habilidades, transformando las percepciones de sí mismos y del futuro entre los NNAJ considerados en riesgo.
Hemos dividido estas habilidades de paz en cuatro categorías narrativas o temas editoriales: (1) Mi lugar en el mundo; (2) La gente a mi alrededor; (3) El país que veo; y (4) El futuro y los cambios que quiero.
Mi lugar en el mundo consiste en saber quién soy y cuáles son mis fortalezas y debilidades. Se trata de ser feliz conmigo mismo y hacer planes para mi éxito. Se trata de conocer mis valores y comprender mis propias creencias.
Esto es lo que llamamos autoconocimiento. Si somos más conscientes de nosotros mismos, también podremos controlar mejor nuestras emociones. Las emociones y los sentimientos nos envían señales constantes que no siempre escuchamos. Ser capaz de escuchar nuestro cuerpo y comprender qué nos hace felices y qué nos entristece, enoja o celos nos hace más fuertes. Nos hace más resilientes. Saber manejar nuestras emociones se llama autogestión.
Evidentemente, es normal sentirnos estresados a veces, pero debemos preguntarnos por qué y aprender a afrontarlo de forma constructiva. Hacer frente al estrés también puede hacernos seres humanos más fuertes.
Sólo cuando estamos contentos con nosotros mismos podemos comenzar a construir relaciones significativas y significativas con otras personas. Sólo si nos conocemos bien a nosotros mismos podremos empezar a leer y comprender las emociones de los demás.
Esto es lo que llamamos autoconocimiento. Si somos más conscientes de nosotros mismos, también podremos controlar mejor nuestras emociones. Las emociones y los sentimientos nos envían señales constantes que no siempre escuchamos. Ser capaz de escuchar nuestro cuerpo y comprender qué nos hace felices y qué nos entristece, enoja o celos nos hace más fuertes. Nos hace más resilientes. Saber manejar nuestras emociones se llama autogestión.
Evidentemente, es normal sentirnos estresados a veces, pero debemos preguntarnos por qué y aprender a afrontarlo de forma constructiva. Hacer frente al estrés también puede hacernos seres humanos más fuertes.
Sólo cuando estamos contentos con nosotros mismos podemos comenzar a construir relaciones significativas y significativas con otras personas. Sólo si nos conocemos bien a nosotros mismos podremos empezar a leer y comprender las emociones de los demás.
La gente a mi alrededor puede tener consecuencias tanto positivas como negativas en mi vida. Para ser felices, debemos mantener relaciones significativas y alejarnos de aquellas que bloquean nuestro crecimiento o que pueden buscar hacernos daño.
Las relaciones saludables se basan en la confianza y en escucharse unos a otros sin juzgar. Pero a veces es normal no estar de acuerdo o incluso discutir. Estos desacuerdos pueden ser una fuente de decepción, pero también una oportunidad de crecimiento. Si mantenemos la mente abierta y escuchamos las perspectivas de los demás, significa que podemos aprender cosas nuevas sobre el mundo e incluso sobre nosotros mismos.
Nunca debemos tener miedo de decir lo que pensamos, pero debemos ser conscientes de que a veces nuestras palabras pueden herir a las personas. Es por eso que a menudo escuchamos la frase "¡Piensa antes de hablar!"
Las relaciones saludables se basan en la confianza y en escucharse unos a otros sin juzgar. Pero a veces es normal no estar de acuerdo o incluso discutir. Estos desacuerdos pueden ser una fuente de decepción, pero también una oportunidad de crecimiento. Si mantenemos la mente abierta y escuchamos las perspectivas de los demás, significa que podemos aprender cosas nuevas sobre el mundo e incluso sobre nosotros mismos.
Nunca debemos tener miedo de decir lo que pensamos, pero debemos ser conscientes de que a veces nuestras palabras pueden herir a las personas. Es por eso que a menudo escuchamos la frase "¡Piensa antes de hablar!"
El país que veo esta enfocado en cómo entiendo las vidas de los demás y los sistemas en los que vivimos. Es comprender que tenemos el poder de cambiar nuestro mundo a través de la forma en que participamos en la sociedad. Se trata de cuidar a nuestros vecinos y a los menos afortunados que nosotros. Se trata de proteger nuestro medio ambiente y ser capaces de reconocer que algunas personas a menudo son marginadas o excluidas por los prejuicios y el miedo de los demás. Se trata de promover y proteger la diversidad. Esto es lo que llamamos conciencia social y en Colombia esto es importante porque también se trata de cómo construimos la paz.
La conciencia social consiste en comprender que nuestras relaciones con las personas son más grandes que las diferencias entre nosotros. Esto se basa en la empatía, nuestra capacidad de construir puentes hacia universos distintos al nuestro, de imaginar y sentir cómo es el mundo desde la perspectiva de los demás.
En Colombia, la empatía puede ayudar a reconstruir los lazos sociales fracturados por el conflicto y la violencia. Al explorar la verdad de la guerra y su impacto en nuestro país, también construimos un entendimiento mutuo que une a nuestras comunidades.
La conciencia social consiste en comprender que nuestras relaciones con las personas son más grandes que las diferencias entre nosotros. Esto se basa en la empatía, nuestra capacidad de construir puentes hacia universos distintos al nuestro, de imaginar y sentir cómo es el mundo desde la perspectiva de los demás.
En Colombia, la empatía puede ayudar a reconstruir los lazos sociales fracturados por el conflicto y la violencia. Al explorar la verdad de la guerra y su impacto en nuestro país, también construimos un entendimiento mutuo que une a nuestras comunidades.
El futuro y los cambios que quiero se basa en mi capacidad para tomar decisiones responsables. Se trata de cómo utilizamos el pensamiento crítico o creativo para imaginar la vida que queremos para nosotros mismos.
Ser capaces de decidir por nosotros mismos significa que podemos hacer que las cosas sucedan en lugar de simplemente dejar que nos sucedan a nosotros.
Estamos continuamente tomando decisiones. Siempre debemos pensar en las diferentes posibilidades y sus consecuencias. También es normal cometer errores, pero siempre podremos corregirlos con decisiones futuras.
Como pensadores críticos, hacemos preguntas todo el tiempo. Reflexionamos sobre el mundo y las personas que lo habitan para comprendernos a nosotros mismos y guiar nuestro propio comportamiento.
Como pensadores creativos, creamos soluciones y nos alejamos de los patrones normales de pensamiento o comportamiento. Vemos los problemas desde diferentes perspectivas que nos permiten crear nuevas oportunidades. Constantemente aprendemos sobre nosotros mismos y reflexionamos sobre quiénes somos y qué necesitamos para ser felices y tener éxito.
Ser capaces de decidir por nosotros mismos significa que podemos hacer que las cosas sucedan en lugar de simplemente dejar que nos sucedan a nosotros.
Estamos continuamente tomando decisiones. Siempre debemos pensar en las diferentes posibilidades y sus consecuencias. También es normal cometer errores, pero siempre podremos corregirlos con decisiones futuras.
Como pensadores críticos, hacemos preguntas todo el tiempo. Reflexionamos sobre el mundo y las personas que lo habitan para comprendernos a nosotros mismos y guiar nuestro propio comportamiento.
Como pensadores creativos, creamos soluciones y nos alejamos de los patrones normales de pensamiento o comportamiento. Vemos los problemas desde diferentes perspectivas que nos permiten crear nuevas oportunidades. Constantemente aprendemos sobre nosotros mismos y reflexionamos sobre quiénes somos y qué necesitamos para ser felices y tener éxito.